jueves, 19 de noviembre de 2015

Occidente: cría cuervos

Las potencias occidentales en su desenfrenada carrera por tomar el control de los recursos naturales, han creado escenarios falsos sobre el peligro nuclear y químico, con este argumento invadieron Irak y se apoderaron del petróleo, ahora manejado por las transnacionales occidentales, para ello fue necesario declarar la guerra a un antiguo aliado, formar y entrenar milicias que contribuyeran con la desestabilización, para luego permitir el ingreso de las tropas norteamericanas comandadas por la OTAN.

Pese a este escenario, se necesitaba abrir nuevos frentes de guerra para asegurar no solo el control de los recursos naturales sino de sus gobiernos, con la primavera Árabe, se creaba un descontento social, lo que permitió crear un caos en Túnez y Egipto aliados de EEUU, pero que no modifico las estructuras de poder.

Pero que si le sirvió de excusa para invadir Libia e intentar lo mismo en Siria e Irán, para ello ha sido necesario armar milicias, entrenar y dotar de armamento en la sombra a grupos contrarios al régimen, encontrando una resistencia no solo del gobierno sino del nuevo escenario apoyado por Rusia y China. Los bombardeos ordenados por las potencias occidentales han generado una crisis humanitaria que hoy está golpeando las puertas de Europa.

En este nuevo escenario de guerra y exclusiones se forma el autodenominado estado islámico, los sunitas se han fortalecido incorporando fuerzas militares del antiguo régimen de Irak,  con lo que se han constituido en una fuerza mortal con acciones suicidas en contra de los enemigos del Islam.  

Estos grupos se han vigorizado con el financiamiento que ha hecho EEUU a las milicias que operan en contra del régimen en Siria, que desde hace 4 años intentan derrocar al gobierno de Bashar Al Assad. Dentro de esta misma lógica y con la excusa de combatir a los grupos terroristas Francia y el Reino Unido, han bombardeado territorio sirio, violando todas las normas internacionales, apoyados en tierra por milicias que reciben armas y entrenamiento. Esos mismo que un día han sido aliados y al otro enemigos.

Estas potencias durante años de neocolonialismo han invadido, bombardeado, saqueado, secuestrado, matado, no solo a los que les han declarado la guerra sino a cientos de civiles entre ellos niños, ancianos, mujeres y jóvenes  que han sido víctimas, lo que algún analista gringo le dio por llamar los “daños colaterales”. Mientras los que ordenan gritan, saltan y algunos lloran de la alegría de ver a sus enemigos destrozados por las bombas o las balas de un arma, la guerra no los toca.

Todo esto importa más, porque no es en el propio territorio donde se está librado, la destrucción y el dolor que deja la guerra asimétrica es de otros, así mismo son los muertos unos tienen más valor que otro, o acaso vale más un muerto en el centro de Paris o un muerto en Siria o en el Medio Oriente. 

De esta misma forma se explica el terrorismo, aunque tenga las misma letalidad o violencia, el de unos son ataques defensivos con el ánimo de eliminar al enemigo e impedir que se siga propagando y los otros son ataques perpetrados por terroristas que quieren infundir terror y desorden.

En este mismo, lugar se encuentra Colombia, país con un conflicto armado, factor que le ha servido para fortalecer sus fuerzas armadas, armamento y tecnología, con ello formar mercenarios con capacidad de combate en cualquier lugar del mundo, lo que supone una contribución a las guerra que libra occidente. Según cifras oficiales existen más 10 mil mercenarios colombianos participando de guerras, de las cuales no tienen ni la menor idea que se combate ni el por qué, cuales son los intereses que defiende, igual ocurre con los soldados que operan en Colombia y dicen defender una democracia ¿pero cuál?.


El problema de la contribución que hace Colombia a las guerras del mundo, está por un lado, en que está haciendo parte de la guerra  con consecuencias imprevistas, cuando se está tratando de desactivar el conflicto armado. Por otro lado, que va a pasar con los mercenarios que regresen al país y sus nuevos aprendizajes, no todos deciden quedarse fuera, ni todos mueren. La pregunta que surge ¿si le estamos dando paso a un nuevo conflicto que puede ser más violento y atroz que el desatado por los paramilitares contra comunidades enteras?