sábado, 4 de junio de 2016

El gran urbanizador



Por estos días, los medios de desinformación dieron cuenta del gigantesco operativo que se tomó el sector del “Bronx”, lugar a pocas cuadras de la Casa de gobierno, alcaldía de Bogotá, Congreso y enclavado en un batallón militar, donde según cuentan este sector se lo había tomado la delincuencia para cometer delitos, venta de sustancias psicoactivas, secuestro, tortura y asesinatos, explotación y esclavitud sexual  en menores de edad.

Pero cómo se explica que tales hechos ocurrieran durante décadas, sin que el gobierno o las autoridades distritales tomaran medidas de ese fenómeno, que aunque no era nuevo ni desconocido si iba creciendo y se conocía que allí funcionaba lo que se puede llamar el mundo subterráneo de la capital, donde operaban la leyes impuestas por las bandas que manejaban ese sector y el Estado aunque cerca estaba lejos de hacer presencia.

Llama la atención que en tiempos de la “política de seguridad democrática” caracterizada por su brutal e infame persecución a todo lo que olía a izquierda o pobreza (caso falsos positivos) no logró si quiera acercarse a este lugar a pesar de tener militarizado toda la zona aledaña a la “casa de nari” y de la evidencia de hechos delictivos. Con modalidades de terror conocidas por ser propias de paramilitares como la esclavitud sexual de menores, las casas de pique, la tortura y asesinato de los que muy probablemente no se tenga noticia cierta.

Sin duda, este imperio del mal opera con la complicidad de algunos miembros de organismos del Estado, como policía, fiscalía, y una cadena de eslabones que se nutren y benefician del lucrativo negocio, pues aunque, en este lugar lo que se evidencia es la pobreza de quienes habitan el sector, los habitantes de calle. Aquí opera una gran empresa del delito que deja grandes ganancias, las que sirven entre otras para pagar algún favor a uno que otro corrupto y establecer negocios. Esto puede explicar, el por qué a pesar del gigantesco operativo militar, no se lograron capturas, peor aún desarticular estas bandas, que siguen haciendo presencia por los alrededores de este lugar.

La intervención de la fuerza pública, no soluciona el problema social, producto de la inequidad y del modelo económico, que excluye y margina a quien no tiene como pagar su costo en el mercado, deja en evidencia que el Estado solo ha legislado y protegido los derechos de una parte de la sociedad, abandonando por completo a los sin techo y sin comida. Desprotegiendo a la niñez e incumpliendo lo que dicta la Carta Magna. La pregunta que surge es cómo se les restablecerá los derechos a estos menores y se reincorporaran a la sociedad.

Lo que hasta el momento ha quedado en evidencia, es que se pretende demoler el lugar para darle paso a un nuevo sector comercial, entregárselo a cualquier inversionista extranjero, como lo que está ocurriendo con la toma del sector de san Victorino por los comerciantes chinos, de eso se trata el libre comercio, desalojar a los pobres que hacen poco atractiva la zona para el comercio, sin olvidar que es Bogotá el lugar donde el costo de la tierra es más elevado y este sector opera en el centro de la ciudad.

Para desarrollar estos proyectos urbanísticos se necesitaba de un gerente que funcione como alcalde, con capacidad de maniobra frente al libre mercado, es por ello que considera que la venta de la empresa de telecomunicaciones es un buen negocio, no para la ciudad sino para las multinacionales, sin duda urbanizar la ciudad es un buen atractivo para los inversionistas extranjeros, mientras esto sucede seguirán apareciendo nuevos lugares como el cartucho el Bronx, que puede ser utilizado como modalidad de urbanizar.


La presencia de habitantes de calle, genera inseguridad, delincuencia y a su vez desplazamiento interno de los habitantes de estos sectores, factores que desvalorizan el sector por lo que se baja el costo de la tierra  así se permite nuevos proyectos urbanísticos. La pregunta final que autoridad responde por la ausencia del Estado en este lugar.